La sociedad actual y las relaciones humanas han sufrido una enorme transformación en los últimos años. Las redes sociales y el acceso inmediato a la información ha cambiado la forma como nos comunicamos, como trabajamos o como estudiamos. Estos cambios también han llegado a la psicoterapia, ofreciendo alternativas como la intervención online.
La psicoterapia online ofrece una serie de ventajas e inconvenientes respecto la terapia presencial.
Una de las ventajas más evidentes es la posibilidad de asistir a terapia sin necesidad de desplazarse. Además de suponer un ahorro de tiempo y dinero importante, nos permite continuar el proceso terapéutico en aquellos momentos de dificultad. Cambios geográficos por temas de trabajo, enfermedades o situaciones de emergencia como la que estamos viviendo estos días. Todas ellas son situaciones en las cuales la ayuda de un profesional es más necesaria que nunca, produciendo efectos inmediatos en nuestro bienestar psicológico.
La terapia online permite también una mayor flexibilidad horaria. El hecho de poder realizarla desde casa contribuirá a que terapeuta y paciente tengan mayor disponibilidad para encontrar el mejor momento para realizar la sesión.
El hecho de estar en casa, en nuestro ambiente habitual, hará que nos sintamos más seguros y podamos abrirnos y expresar nuestros pensamientos y emociones con más facilidad. Esto ayudará a que podamos avanzar con más rapidez en nuestro proceso terapéutico.
Uno de los inconvenientes más importantes de la terapia online, es la posibilidad de que surjan problemas técnicos o de conexión que interrumpan la sesión. Es importante que el terapeuta informe de que si esto sucede, la sesión se pospondrá y se reanudará después de haber solucionado las dificultades técnicas.
La ausencia de contacto físico puede disminuir la calidez en la relación terapéutica y puede ser otro de los inconvenientes de la terapia online. Sin embargo, dada la situación actual y siguiendo las recomendaciones de los servicios sanitarios, debemos restringir cualquier contacto físico, incluso de forma presencial. Por lo tanto, lo que inicialmente podría considerarse un inconveniente, se convierte en una enorme ventaja para asegurar que no se produce ningún tipo de contagio del COVID-19, y además se continua con la atención psicoterapéutica tan necesaria en momentos tan delicados como los que estamos viviendo actualmente.
Jordi Claravalls
Psicòleg a SN Psicologia
