El desarrollo infantil es un camino lleno de altibajos, casi siempre víctimas de los conflictos que les rodean. De hecho, es natural que los niños pequeños tengan problemas ocasionales para dormir, se hagan pis en la cama de vez en cuando, lloren sin motivo aparente, discutan con sus hermanos o tengan arrebatos de ira. Por lo general, estas reacciones suelen ser de corta duración y no suelen interferir en su desarrollo. Sin embargo, existen determinadas circunstancias que se escapan del control de los padres y desbordan sus recursos para hacerle frente a la situación. Se trata de conductas que se convierten en una señal de alarma e indican que es necesario consultar a un especialista.
1. Se produce una regresión en el comportamiento que no se supera
Las regresiones son un mecanismo natural en el desarrollo de los niños que les ayuda a lidiar con situaciones difíciles. Se trata de una estrategia inconsciente en la que los pequeños vuelven a manifestar conductas inmaduras que ya habían superado como un mecanismo de defensa para regresar a ese momento en el que se sentían más seguros y protegidos. El problema comienza cuando el pequeño no puede superar por sí solo esa regresión, lo cual indica que no es capaz de enfrentarse a la situación que la ha provocado.
2. Aparecen conductas difíciles, agresivas u hostiles que son inexplicables
Un niño que comienza a reaccionar de manera violenta sin un buen motivo, es probable que esté pasando por una situación que lo desborda y que no sabe cómo manejar. De una u otra forma, las conductas agresivas suelen ser un indicador de que algo está afectando al niño por lo que sería conveniente consultar a un psicólogo.
3. Manifiesta intranquilidad y problemas para concentrarse en una sola tarea
La mayoría de los niños suelen ser muy intranquilos y necesitan estar moviéndose todo el día. Sin embargo, existen ocasiones en que la intranquilidad les impide concentrarse en las tareas importantes, lo que provoca que cambien de una actividad a otra incesantemente. De hecho, a menudo esta intranquilidad afecta su aprendizaje, imposibilitando que el niño pueda asimilar los contenidos.
4. Muestra un cambio inexplicable en su conducta
La violencia, la intranquilidad o las regresiones no son los únicos indicadores de que algo no anda bien en el niño, a veces un simple cambio en su comportamiento habitual puede ser la señal que dispare la alarme. El más mínimo cambio en su conducta habitual puede ser una señal de alarma aunque, antes de sacar conclusiones precipitadas, es mejor consultar a un psicólogo.
5. Surgen problemas físicos sin una causa médica
Una de las tretas más habituales de los niños es la de fingir que están enfermos para no ir al colegio o escapar de sus responsabilidades. Sin embargo, cuando los niños se enferman de verdad y no existe una causa médica que explique la patología, podría tratarse de un mecanismo psicológico inconsciente para evadir determinada situación. Si usted cree que su hijo/a muestra alguno de los comportamientos que le hemos explicado, no dude un solo instante en venir a visitarnos a SN Psicología. Nuestros profesionales ayudarán a su hijo/a a superar estos momentos difíciles para ellos y sus familiares.[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]