La ruptura de pareja es un evento que nos marca, que puede llegar a ser difícil para algunos e incluso traumático para otros.
- ¿Será lo correcto?
- ¿Es realmente lo que quiero?
- ¿Y si luego me arrepiento?
- ¿Y si espero un poco más a ver si el otro cambia?
Estas y otras preguntas son las que nos bombardean la cabeza antes de tomar la decisión. ¡Y digo la cabeza! Los pensamientos, lo que nos ata en el plano físico, a los pros y los contras, a lo que voy a perder, a lo que tendré que renunciar… pero ¿qué pasa con lo que sentimos? Si nos dejamos llevar por la intuición y por nuestros sentimientos… ¿Habría tantas preguntas que responder?
Lo racional y emocional de la decisión
Cuando tomamos la decisión de romper la relación de pareja y lo verbalizamos, es que ya hace tiempo que sentimos que algo no funciona. Quizás posponemos la decisión por todo lo dicho anteriormente, por tratar de hacer lo correcto. A veces creemos que lo correcto es lo que se espera de nosotros, ya sea por los padres, por los hijos, pero puede que no sea lo correcto para uno mismo, porque quizás eres infeliz y no te gusta.
Dificultades en asumir la ruptura de pareja
Cuando concientizamos que se acerca la ruptura de pareja aparecen los síntomas del duelo, sentir el vacío, la soledad, que nos falta algo… Nos enganchamos en lo que pudo ser y no fue, en lo que pude hacer y no hice, quizás entra en juego la culpa. Culpa por no haber sabido hacerlo mejor, culpa por no haber aguantado más… y nos hacemos responsables (algunas veces) del fracaso. Lloramos y estamos tristes por lo que no tenemos, por lo que pensamos (en nuestro ideal) que hemos perdido, por un pasado que ya no es y por un futuro que ya no será y eso nos paraliza y nos bloquea.
Superar la ruptura de pareja
Para poder superar una ruptura, es importante sacar las emociones hacia afuera. Llorar esa pérdida si así lo sentimos y tratar de hacer cosas que nos conecten con el presente.
- ¿Aquí y ahora que puedo hacer para y por mí?
- ¿Aquí y ahora, cómo me siento si no pienso en nada más que en este preciso momento?
- ¿Aquí y ahora, qué me permito?
Cuando se decide la ruptura
A veces nos sentimos atados a una relación. No nos permitimos hacer según qué, para que el otro no se enfade, para que el otro no nos deje, hasta que llega un día que eres tú quien deja, porque ya no puedes más, porque ya estás cansad@ de vivir en una relación que no es para ti. Necesitas encontrarte a ti mism@ y coger tu vida. Vivir tu propia vida, sintiendo que eres feliz.
Llega un momento en que te das cuenta de que tú también mereces todo lo bueno que existe y que estar con esa persona no te lo permite. No porque el otro sea el responsable de tu infelicidad (al final cada uno da lo que puede y eres tú el que acepta o no), sino porque tú has estado en esa relación más de lo que tú querías.
Antes de tomar la decisión, puedes validar opciones como la terapia de pareja, si así lo sentís los dos. Poder poner luz a conflictos y problemas que
surgen y que desde dentro parece imposible resolver. A veces, la relación está tan desgastada, que ya no quedan más fuerzas para intentarlo. A veces, el tiempo y el espacio nos dan las respuestas y la claridad que necesitábamos y decidimos reemprender la relación, desde la experiencia. Quizás nos damos cuenta de que estamos más felices solos, al menos de momento.
Conocerse a si mism@ para mejorar las relaciones
Sea como sea, cuando nos sentimos libres para estar solos o con alguien, nos encontramos a nosotros mismos. Sabemos lo que sentimos cuando estamos conectados y equilibrados con nosotros mismos y todo lo que no salga de ese centro, sabemos que no nos vale.
Quizás nos daremos cuenta antes, en futuras relaciones, de lo que sí quiero y de lo que no. Ya no miraré al otro como si fuera mi centro, me miraré a mí, porque ahí encontraré el mío.
Psicóloga Sanitaria y Terapeuta Gestalt en SN Psicología
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