Cuando lees la palabra fracaso, ¿qué te llega a la mente? Quizás lo veas como algo contrario al éxito. Quizás lo percibas negativo. Quizás lo percibas como algo que asoma constantemente en tu vida. Quizás es algo que nunca has experimentado, etc. Me gustaría que te pararas unos instantes y repitieras en voz alta ‘’fracaso’’, para que ver que sensaciones y pensamientos van llegando a ti.
El fracaso, en nuestra sociedad, es percibido como algo negativo de lo que debemos huir. Nadie quiere fracasar porque sí. Todos buscamos el éxito para sentir que valemos, y que de algún modo, somos reconocidos, aunque lo más importante es que seas tú el primero que te des el valor y el reconocimiento, ya que muchas veces lo buscamos fuera.
Todo y la percepción, en general negativa que tenemos del fracaso, éste no deja de ser una oportunidad, una transformación. Los fracasos llegan a nosotros como oportunidades para ver qué no está bien en mi vida, qué no está bien en lo que hago o lo que he hecho. Los fracasos nos sirven para poner atención y cambiar la manera de ver y/o hacer las cosas. Si los fracasos no llegaran a nuestra vida, ¿qué lecciones y enseñanzas nos traería? ¿De qué forma podríamos corregir los errores si estos no tuvieran lugar?
Si solo cosechamos éxitos, no vemos la otra cara de la moneda. Podemos estar alegres, satisfechos con nosotros mimos, está claro. ¡A nadie le amargan los dulces! Si solo cosechamos fracasos, tampoco saboreamos la alegría. Todo es desidia y angustia por no conseguir lo que queremos.
Si nos esforzamos y fracasamos, la primera sensación es muy negativa. Quizás queramos tirar la toalla o quizás perdamos la esperanza y la ilusión. Si observas en qué has fallado esta vez, y las posibles causas del fracaso, quizás no las cometas cuando vuelvas a intentarlo. Tal vez, si transformas lo negativo en positivo, adquieras las ganas y la motivación para seguir intentándolo, y de ahí llegar al éxito.
Muchas veces nos quedamos enganchados en los fracasos. Entonces, entramos en un bucle, cuestionándonos de forma destructiva el porqué del fracaso. Las cosas que hubieras podido hacer distintas (ahora seguro que lo ves todo con más claridad, pero si no las hiciste antes, es porque no las veías, o porque no sabías hacerlas de otro modo), lo que hubieras podido decir de forma diferente, etc. El fracaso real es quedarte enganchad@ en él. No salir de ahí. No intentar buscar alternativas. El fracaso sería ver y sentir ahora lo que te está pasando y no actuar en consecuencia. Ese es el mayor fracaso. Muchas veces por miedo, por inexperiencia, por creencias, nos quedamos ahí, nadando y nadando sin avanzar. Viendo el horizonte cada vez más lejos, porque en vez de cambiar mi actitud, sigo lamentándome, sigo en el fracaso y no veo todo lo positivo, toda la transformación, todo el cambio que se está dando. Solo me quedo regocijándome y compadeciéndome.
Si sientes que has fracasado en algún momento de tu vida, pasado o actual, escribe y anota todas aquellas cosas que hiciste en su día, y que a día de hoy, no harías o harías de forma distinta. Haz una lista de todas aquellas cosas que aprendiste, en su momento, de ese fracaso vivido, y como conseguiste salir de ahí. Si el fracaso lo estás viviendo ahora, escribe qué razones te llevan a creer que es un fracaso y relaciónalas con creencias tuyas. Quizás no es un fracaso en sí, pero tú lo vives como tal, porque no va en resonancia con lo que tú esperas o crees de cómo tienen que ser las cosas. Anota qué estás haciendo para cambiar y resolver el fracaso.
No pasa nada por lamentarse, somos seres humanos que nos equivocamos, tropezamos, avanzamos y también nos paramos. Es lícito que a día de hoy nades hacia una dirección alejada del horizonte, porque hoy no sabes más. Hoy no tienes (o sientes que no tienes) los recursos necesarios. Pide ayuda a quien creas que pueda ofrecértela.
Recuerda que sin fracaso no hay aprendizaje, y éste, es el que te ayuda a obtener el éxito.
Psicóloga sanitaria y Terapeuta Gestalt