Ayer me preguntaron, ¿qué es para ti la felicidad? Y mi respuesta fue, estar en coherencia conmigo misma. Y, ¿qué significa esto? Significa, que aunque algunas veces resulte complicado, trato de que mis pensamientos, mis sentimientos y mis actos sean coherentes, trato de hacer lo que pienso y siento primero. Como digo, ya que vivimos rodeados de otras personas y rodeados de ciertas obligaciones, algunas veces es complicado actuar de tal forma, a veces no se puede estar en esta coherencia, pero sí tratar de estarlo en la mayoría de ocasiones, y cuando no se pueda, ser consciente del para qué no lo estoy. Si somos conscientes, nos hacemos responsables de nuestros actos, sino, como ya he dicho en otras ocasiones, señalamos al otro con el dedo como el responsable.
Nuestros pensamientos, a veces claros y a veces menos, nos llegan acompañados de creencias, de inputs externos que nos hacen reflexionar, de situaciones que nos hacen cuestionarnos ciertos aspectos de nosotros mismos o de nuestra vida. Con los pensamientos aparecen las emociones, sentimos con ellos. Si nuestros pensamientos son negativos, seguramente generaremos emociones negativas y al revés. Y en función de lo que pensamos y sentimos, si somos coherentes con nosotros mismos, actuamos en la misma dirección.
Muchos de los problemas que nos surgen, aparecen por ser y/o estar incoherentes. Si yo pienso que NO, siento que NO y al final acabo actuando a favor del Si no estoy coherente. Si pienso que NO, siento que Si y acabo en la dirección del NO tampoco estoy siendo coherente. Entonces aparece el malestar, la angustia, los nudos en el estómago, los pinchazos en el pecho, y no sabemos por qué. Sentimos en el cuerpo lo
que la mente no puede asumir y actuamos, a veces, por inercia, porque es lo que toca, porque así el otro no se va, por ciertos miedos… Para no perder algo o a alguien, nos perdemos a nosotros. Cuando somos coherentes y fieles a todo nuestro ser, estamos más tranquilos, tenemos más fuerza, estamos más conectados, tenemos seguramente menos síntomas físicos en nuestro cuerpo. Si te miras a ti mismo y te preguntas que piensas, que sientes y qué haces aquí y ahora, ¿te sientes a gusto? ¿Sientes que vibras en coherencia? ¿Sientes que tu ser está en resonancia con tu vida?
Párate a pensar en ti. ¿Cuántas cosas haces sin pensar ni sentir? ¿Cuántas veces te quedas por miedo a actuar, cuando piensas y sientes que tienes que irte? ¿Cuántas veces dices Sí pensando y sintiendo que NO? Simplemente reflexiónalo y sé consciente de cuantas veces te pones a ti primero o de cuantas veces te traicionas a ti mismo por el otro. Pon atención a tus pensamientos, sentimientos y actos, y quizás no podrás siempre, quizás por el momento o la situación no te lo permitas, o no te sientas preparado para ser coherente. Solo trata de practicar un poquito. A ver cómo te sienta.
Psicóloga Sanitaria y terapeuta Gestalt en SNPsicología
